Normas y Limites
Son reglas o acuerdos que permiten una adecuada convivencia en un grupo de personas, pues guían el accionar o las pautas de comportamiento de cada miembro de la familia.
Estas reglas se manifiestan de forma implícita y/o explícita. Las reglas explícitas son aquellas en que la instrucción se lleva acabo de manera verbal y clara a los integrantes de una familia. Por su parte, las normas implícitas no están dichas con palabras, sino que son incorporadas al comportamiento individual a través de la observación de acciones o actitudes de los otros.
Los niños aprenden por observación y por lo tanto es la forma que tienen de comportarse en el medio familiar, teniendo como ejemplo principal a los padres, de quienes aprenden la gran parte de su patrón conductual. Los aprendizajes de actitudes, comportamientos y forma de interaccionar adquiridos dentro de una familia dependerán del cómo se relacionan y comportan los adultos frente a los niños.
Es importante manejar las expectativas que tienen los padres frente al comportamiento esperado de los hijos. Por este motivo, los padres deben especificar y explicar cada uno de los comportamientos y actitudes deseados en sus hijos, con la finalidad de evitar malos entendidos respectos a lo que se debe y no se debe hacer (no dar por hecho el entendimiento de una norma sin haberla explicado con anterioridad).
Poner normas en la familia implica definir las tareas y funciones de cada miembro especificando lo que puede y debe realizar, intentando mantener el orden y la armonía; no son instrumentos para coaccionar, angustiar, crear miedos a los niños, sino que son los que ayudan a tomar conciencia de sí mismo, de las cosas, de las demás personas, para conducir a la reflexión personal y a la toma de decisiones. Además, las formas de comportamiento familiar marcan las funciones que cada miembro tiene dentro de la familia y el lugar que ocupan dentro del orden de jerarquía que debe existir en casa
La familia es uno de los espacios más importantes para el intercambio social, debido a que en este espacio los niños reciben el apoyo de los adultos para aprender a descubrir los valores presentes en la vida cotidiana. En este clima de intercambio el grupo familiar desarrolla una función socializadora vital, dado que es un proceso continuo a lo largo de la vida, y, recíproco donde todos forman parte de esta red social llamada familia.
Las normas deben ser:
- Claras
La claridad de la norma se basa en que los niños sepan el sentido, comprensión y significado, para esto, se debe utilizar un lenguaje claro y directo para que el niño entienda claramente lo que se espera de ellos. Esto facilita su internalización de modo que resulta mas adecuado que los padres argumenten a favor de la norma expuesta, acerca de sus consecuencias positivas para la convivencia familiar y social, y/o para el propio desarrollo personal. Así mismo, se deben argumentar las razones que justifican su cumplimiento y se anticipan las consecuencias negativas que para uno mismo o para los demás reporta su trasgresión.
- Acordadas, concertadas y elaboradas con anticipación.
La comunicación se torna fundamental entre los padres para llegar a un acuerdo en cómo se establecerán las normas dentro de la familia. La comunicación fluida ha de permitir mantener una interacción directa con los hijos, a modo de hacerles ver con anticipación cuales son las normas y la importancia que tiene para ellos cumplirlas,
- Consistentes, es decir, que no dependan del estado anímico del adulto.
Muchas veces se habla de antemano cuáles serán las consecuencias de jugar con la pelota en sala de clases o, rallar las paredes de la casa o, mentir deliberadamente para eludir un castigo. Esto hace que la reacción de los padres, no sea la adecuada y se fije un castigo excesivo e injusto.
El problema principal es la falta de coherencia de los padres y madres que amenazan excesivamente y que llegado el momento, no cumplen con la sanción impuesta por comodidad, pena o cualquier otra causa. Un juego con reglas cambiantes, que dependen mas de cómo ha pasado el día, cómo se siente y lo cansado que puedan estar.
Cuando existe contradicción entre padres y madres respecto a las normas y límites en el hogar, se tiende a generar información contradictoria en cuanto lo que se espera del niño. La información contradictoria produce confusión, pues al tener dos figuras de autoridad que entregan información distinta, no se puede evaluar cual es la correcta, por lo que el niño tiende a actuar de acuerdo a lo que él cree que es lo mejor, o lo que más le satisfaga en el momento. Otro inconveniente es la manipulación que puede ejercer el niño sobre los padres, pues éste ha de acudir al progenitor que más complace sus deseos.
- Permanentes y fijas.
Una vez dialogada y acordada una norma entre padres e hijos, la aplicación de ésta debe ser firme, esto quiere decir, cumplir lo hablado. Sin embargo, es necesario revisar periódicamente los límites, por si han cambiado las circunstancias en que se aplican. Se debe contar con todos los puntos de vista, y ceder un poco para que nuestros hijos e hijas aprendan igualmente a ceder.
- Supervisadas directamente por los adultos, con el fin de asegurar que queden incorporadas en el diario vivir.
Elaborar o hablar las reglas o normas, su necesidad y las condiciones en las que se deben cumplir con los hijos e hijas. Por ejemplo, por qué es necesario lavarse los dientes o, avisar cuando se va a llegar tarde o, no mentir o, ducharse todos los días o, no dejar la ropa o los juguetes tirados etc.
Para evitar la excesiva repetición, se tiene que pensar qué consecuencias puede tener el incumplimiento de cada una de las normas. Y tratar de llegar a un acuerdo en este punto.
Para incorporar las reglas al comportamiento habitual de los miembros de la familia, es recomendable reconocer lo que se ha hecho bien. Las consecuencias satisfactorias y gratificantes que siguen a un comportamiento facilitan que éste se repita.
Si se incumplen las normas:
Corregirles, en privado, no avergonzarles.
Se ha hablado de las normas familiares en relación con los afectos, en cuanto que sirven para regularlos, y también caracterizan el modo de expresarlos. Además, controlan la expresión de las emociones como pueden ser la ira, el rencor, envidia etc., pero bien es cierto también que las mismas pautas diseñadas por la familia determinan que haya menos inhibición al interior del grupo que hacia el exterior, lo que puede ser en ocasiones un obstáculo.
· Sancionar en caso de incumplimiento; evitar castigo, aplicándolo solo en casos especiales.
Deben ser puntuales, esporádicos, inmediatos, justificados, coherentes y proporcionales a la falta cometida. Si se usan a menudo, las emociones negativas se van acumulando y se incrementa la tensión en la relación, hasta que la imposibilita.
¿Por que es importante mantener las normas y limites en el hogar?
Las normas y límites son importantes porque estructuran a los hijos, definen las pautas de interacción familiar, por que las reglas son uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostienen las relaciones, ayudan a tener las cosas claras, a saber lo que hay que hacer y lo que no. Los límites se deben adecuar a la etapa de desarrollo de los hijos, y de menor a mayor autonomía. Mientras mas claros estén mejor será el funcionamiento de la familia.
Las normas y límites:
· Definen las interacciones, comportamiento y actitudes dentro de la familia.
· Sirven de guía para enfrenta diversas situaciones de la vida diaria, tanto dentro del hogar como fuera de éste.
· Concretan hasta dónde puede llegar uno con su comportamiento.
· Definen cómo y cuándo hacer una cosa, una propuesta.
· Dan pautas para tomar decisiones.
· Dan ideas sobre cómo deben producirse los cambios dentro de la familia.
· Especifican cuáles son las responsabilidades de cada uno.
· Crean hábitos que facilitan la modulación conductual de los integrantes de la familia, especialmente de los hijos.
· Ponen los límites de tiempo y de espacio para cualquier acción o actitud.
· Le dicen a tu hijo o hija qué esperas de él o ella como padre.
Son reglas o acuerdos que permiten una adecuada convivencia en un grupo de personas, pues guían el accionar o las pautas de comportamiento de cada miembro de la familia.
Estas reglas se manifiestan de forma implícita y/o explícita. Las reglas explícitas son aquellas en que la instrucción se lleva acabo de manera verbal y clara a los integrantes de una familia. Por su parte, las normas implícitas no están dichas con palabras, sino que son incorporadas al comportamiento individual a través de la observación de acciones o actitudes de los otros.
Los niños aprenden por observación y por lo tanto es la forma que tienen de comportarse en el medio familiar, teniendo como ejemplo principal a los padres, de quienes aprenden la gran parte de su patrón conductual. Los aprendizajes de actitudes, comportamientos y forma de interaccionar adquiridos dentro de una familia dependerán del cómo se relacionan y comportan los adultos frente a los niños.
Es importante manejar las expectativas que tienen los padres frente al comportamiento esperado de los hijos. Por este motivo, los padres deben especificar y explicar cada uno de los comportamientos y actitudes deseados en sus hijos, con la finalidad de evitar malos entendidos respectos a lo que se debe y no se debe hacer (no dar por hecho el entendimiento de una norma sin haberla explicado con anterioridad).
Poner normas en la familia implica definir las tareas y funciones de cada miembro especificando lo que puede y debe realizar, intentando mantener el orden y la armonía; no son instrumentos para coaccionar, angustiar, crear miedos a los niños, sino que son los que ayudan a tomar conciencia de sí mismo, de las cosas, de las demás personas, para conducir a la reflexión personal y a la toma de decisiones. Además, las formas de comportamiento familiar marcan las funciones que cada miembro tiene dentro de la familia y el lugar que ocupan dentro del orden de jerarquía que debe existir en casa
La familia es uno de los espacios más importantes para el intercambio social, debido a que en este espacio los niños reciben el apoyo de los adultos para aprender a descubrir los valores presentes en la vida cotidiana. En este clima de intercambio el grupo familiar desarrolla una función socializadora vital, dado que es un proceso continuo a lo largo de la vida, y, recíproco donde todos forman parte de esta red social llamada familia.
Las normas deben ser:
- Claras
La claridad de la norma se basa en que los niños sepan el sentido, comprensión y significado, para esto, se debe utilizar un lenguaje claro y directo para que el niño entienda claramente lo que se espera de ellos. Esto facilita su internalización de modo que resulta mas adecuado que los padres argumenten a favor de la norma expuesta, acerca de sus consecuencias positivas para la convivencia familiar y social, y/o para el propio desarrollo personal. Así mismo, se deben argumentar las razones que justifican su cumplimiento y se anticipan las consecuencias negativas que para uno mismo o para los demás reporta su trasgresión.
- Acordadas, concertadas y elaboradas con anticipación.
La comunicación se torna fundamental entre los padres para llegar a un acuerdo en cómo se establecerán las normas dentro de la familia. La comunicación fluida ha de permitir mantener una interacción directa con los hijos, a modo de hacerles ver con anticipación cuales son las normas y la importancia que tiene para ellos cumplirlas,
- Consistentes, es decir, que no dependan del estado anímico del adulto.
Muchas veces se habla de antemano cuáles serán las consecuencias de jugar con la pelota en sala de clases o, rallar las paredes de la casa o, mentir deliberadamente para eludir un castigo. Esto hace que la reacción de los padres, no sea la adecuada y se fije un castigo excesivo e injusto.
El problema principal es la falta de coherencia de los padres y madres que amenazan excesivamente y que llegado el momento, no cumplen con la sanción impuesta por comodidad, pena o cualquier otra causa. Un juego con reglas cambiantes, que dependen mas de cómo ha pasado el día, cómo se siente y lo cansado que puedan estar.
Cuando existe contradicción entre padres y madres respecto a las normas y límites en el hogar, se tiende a generar información contradictoria en cuanto lo que se espera del niño. La información contradictoria produce confusión, pues al tener dos figuras de autoridad que entregan información distinta, no se puede evaluar cual es la correcta, por lo que el niño tiende a actuar de acuerdo a lo que él cree que es lo mejor, o lo que más le satisfaga en el momento. Otro inconveniente es la manipulación que puede ejercer el niño sobre los padres, pues éste ha de acudir al progenitor que más complace sus deseos.
- Permanentes y fijas.
Una vez dialogada y acordada una norma entre padres e hijos, la aplicación de ésta debe ser firme, esto quiere decir, cumplir lo hablado. Sin embargo, es necesario revisar periódicamente los límites, por si han cambiado las circunstancias en que se aplican. Se debe contar con todos los puntos de vista, y ceder un poco para que nuestros hijos e hijas aprendan igualmente a ceder.
- Supervisadas directamente por los adultos, con el fin de asegurar que queden incorporadas en el diario vivir.
Elaborar o hablar las reglas o normas, su necesidad y las condiciones en las que se deben cumplir con los hijos e hijas. Por ejemplo, por qué es necesario lavarse los dientes o, avisar cuando se va a llegar tarde o, no mentir o, ducharse todos los días o, no dejar la ropa o los juguetes tirados etc.
Para evitar la excesiva repetición, se tiene que pensar qué consecuencias puede tener el incumplimiento de cada una de las normas. Y tratar de llegar a un acuerdo en este punto.
Para incorporar las reglas al comportamiento habitual de los miembros de la familia, es recomendable reconocer lo que se ha hecho bien. Las consecuencias satisfactorias y gratificantes que siguen a un comportamiento facilitan que éste se repita.
Si se incumplen las normas:
Corregirles, en privado, no avergonzarles.
Se ha hablado de las normas familiares en relación con los afectos, en cuanto que sirven para regularlos, y también caracterizan el modo de expresarlos. Además, controlan la expresión de las emociones como pueden ser la ira, el rencor, envidia etc., pero bien es cierto también que las mismas pautas diseñadas por la familia determinan que haya menos inhibición al interior del grupo que hacia el exterior, lo que puede ser en ocasiones un obstáculo.
· Sancionar en caso de incumplimiento; evitar castigo, aplicándolo solo en casos especiales.
Deben ser puntuales, esporádicos, inmediatos, justificados, coherentes y proporcionales a la falta cometida. Si se usan a menudo, las emociones negativas se van acumulando y se incrementa la tensión en la relación, hasta que la imposibilita.
¿Por que es importante mantener las normas y limites en el hogar?
Las normas y límites son importantes porque estructuran a los hijos, definen las pautas de interacción familiar, por que las reglas son uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostienen las relaciones, ayudan a tener las cosas claras, a saber lo que hay que hacer y lo que no. Los límites se deben adecuar a la etapa de desarrollo de los hijos, y de menor a mayor autonomía. Mientras mas claros estén mejor será el funcionamiento de la familia.
Las normas y límites:
· Definen las interacciones, comportamiento y actitudes dentro de la familia.
· Sirven de guía para enfrenta diversas situaciones de la vida diaria, tanto dentro del hogar como fuera de éste.
· Concretan hasta dónde puede llegar uno con su comportamiento.
· Definen cómo y cuándo hacer una cosa, una propuesta.
· Dan pautas para tomar decisiones.
· Dan ideas sobre cómo deben producirse los cambios dentro de la familia.
· Especifican cuáles son las responsabilidades de cada uno.
· Crean hábitos que facilitan la modulación conductual de los integrantes de la familia, especialmente de los hijos.
· Ponen los límites de tiempo y de espacio para cualquier acción o actitud.
· Le dicen a tu hijo o hija qué esperas de él o ella como padre.
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