miércoles, 22 de octubre de 2008

Sexualidad informativa

Sexualidad Informativo



La educación sexual ha estado tradicionalmente inmersa en los distintos escenarios de la vida cotidiana, pero bajo una connotación parcial que reduce la concepción de la sexualidad a lo genital. Esta situación ha cimentado barreras socioculturales e individuales que han retrasado su integración a la educación formal y han contribuido, además, a una vivencia poco o nada placentera de la sexualidad.

Nos cuesta hablar en familias sobre sexualidad. El tema lo conversamos poco tanto en las escuelas como en nuestros hogares, a veces creemos que no se debería, y otras por temor a no tener respuestas, o ya sea por falta de conocimiento, por vergüenza o miedo.

La forma en que se ha vivenciado la sexualidad en nuestro medio, no posibilita el crecimiento personal, familiar o social en la medida en que se espera. Se ha demostrado que la educación sexual deficiente, no planeada y la discordancia entre el hogar, la escuela y el medio social, se asocian a múltiples problemas como la represión sexual, la intolerancia, la violencia intrafamiliar, la desinformación y la carencia de servicios de salud para grupos específicos.

Se considera que una de las mejores herramientas para subsanar y superar esta situación es la educación sexual integral, que promueva el mejoramiento de la calidad de vida en hombres y mujeres en todas las etapas del ciclo vital.
Existen situaciones sociales que pueden intervenirse en forma integral dentro de los procesos de educación sexual como son diseñar y ejecutar acciones efectivas que logren "acabar" o disminuir la inequidad en que se vivencian las diferencias de género y la debilidad en los referentes de identidad. La idea es propiciar un aumento en la autoestima, una inteligente toma de decisiones, una práctica de valores que permita la convivencia pacífica; en fin, el desarrollo de habilidades sociales. Esto a su vez contribuiría considerablemente en la prevención de embarazos precoces, el nacimie
nto de hijos no deseados, las altas tasas de mortalidad y el incremento del VIH / SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual. Educar en sexualidad y afectividad implica algo más que enseñar a nuestros alumnos e hijos sobre relaciones sexuales y los posibles riesgos asociados a ellas.

Tarde o temprano los niños empezarán a hacer preguntas sobre sexo. Algunos padres modernos creen que cuando llegue el momento la discusión sobre el tema será fácil, que todo será una cuestión de ponerse a hablar. Todo parece muy fácil, pero cuando llegue la hora de la charla, seguramente en la mayoría de los casos, parecerá más complicado, tratándose de niños. ¿Si existe algún truco? Pues sí. El truco estar en mantenerse firme, jamás inventar o mentir, no evadirse de la pregunta, y no contestar más de lo que el niño pregunte. Lo ideal es hablarle de sexo en cuentagotas, es decir, a la medida de su curiosidad según la edad que tenga.

La educación sexual tiene que ver con enseñar formas de expresar afecto, como respetar el propio cuerpo y el del otro, las innumerables maneras de disfrutar la vida, como tomar decisiones sin ceder a presiones o sometimiento; en suma tiene que ver con aprender el valor de la sexualidad y las relaciones afectivas en el desarrollo humano, así como su papel en la salud física y psicológica de toda persona.
Es conveniente hablar de sexo con los niños desde el momento en que ellos empiecen a conocer su cuerpo y a nombrarlo. Para los niños es muy importante que cada parte de su cuerpo tenga un nombre y no un "apodo". Si se habla de cabeza es cabeza, de mano es mano, de pene es pene, de nalga es nalga y así siempre. Evita darles otros nombres para que el niño no se sienta confundido.
Otra ventaja de charlar con los niños sobre sexo es aumentar la intimidad y la afectividad e
ntre ambos, abrir caminos para que se pueda discutir en casa sobre todo y dar al niño la seguridad de que piense que "voy a preguntar a papá y a mamá porque ellos siempre me contestan".
Los padres deben tener muy claro el tipo de orientación sexual que desean dar a sus hijos. La educación sexual es un proceso largo, de toda una vida, siempre hay tiempo de corregir e intervenir para que el niño vaya mejorando su concepto, su conocimiento y su vivencia sobre la sexualidad. Como tantas otras tareas, esa no es la más o menos fácil para los padres. Normalmente, se estimula el desarrollo del niño, y se está muy pendiente de su evolución cuanto al comer solos, a caminar, a que tengan buenos hábitos, etc., pero se olvida de la sexualidad.
Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden si el sexo es bonito o feo, correcto o incorrecto, un tema de conversación o no. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el niño no preg
unte no significa que no quiera saber. Puede que simplemente no se anima a preguntar con recelo de la actiud que sus padres tendrán hacia el tema. Es que aún en muchas casas, cuando un niño pregunta algo relacionado a la sexualidad es mal interpretado como "grosero" porque lo preguntó en voz alta, "mal educado" porque lo preguntó a otra persona, "fuera de lugar" porque preguntó en la escuela, o "degenerado" porque se siente demasiado interesado y curioso en el tema.

Se debe considerar que hoy día los niños están muy expuestos a todo tipo de información sobre el sexo. En razón de eso, es necesario "vigilar" as actividades de los niños, y si es el caso, ofrecer nuevas opciones de entretenimiento, buscando programas, comprando discos y ropas que estén de acuerdo con la edad del niño, y así garantizando un mínimo de protección. Es conveniente que los niños no sobrepasen etapas. Que no abandonen los juegos infantiles por imitaciones más adultas y comportamientos similares.

Otra actitud que los padres no deben olvidarse es de evitar aquella vieja historia de separa los niños y niñas en grupos distintos en lo que se refiere a la sexualidad. Se debe hablar con los dos por igual, independiente del sexo que tenga. El hecho de negar igual derecho a la información, a la formación, y al placer, harán niños pasivos, educados para a sumisión, y muy poco preparados para resolver posibles problemas en el futuro. La información adecuada a los hijos les ayudará después a enfrentarse a un posible abuso sexual, a una enfermedad, etc., en resumen, les protegerá.

Los caminos que llevan al conocimiento de su propio cuerpo, de sus sensaciones, etc., no siempre son los más adecuados para los niños. Hoy día, las interferencias en este proceso de aprendizaje hacen con que el niño esté, cada vez más temprano, expuesto a unas manifestaciones severas, y en muchos casos incomprensibles, de la sexualidad. Hay un abuso de las manifestaciones sexuales, al cual los niños están indiscriminadamente expuestos.
Los contenidos sexuales pueden acelerar las manifestaciones de los niños en el tema de la sexualidad, considerando que ellos aprenden imitando lo que ven de sus padres, de la televisión, de bailes y ropas eróticas de moda, etc. Las malas influencias conceden nociones equivocadas y perjudiciales al niño.

De una forma general lo único que puede evitar estas malas interferencias es la familia. Son los adultos, los padres, que deben ejercer el papel de filtro de las informaciones. Es necesario crear y mantener un canal abierto de comun
icación con los hijos, espacios de discusión e de intervención sobre lo que es correcto y lo que no, relacionados a todos los temas, y en especial a la sexualidad. Es conveniente vigilar de muy cerca el entorno y las actividades del niño, para orientarle cuando crea necesario. En la medida de lo posible, no se debe perder ninguna oportunidad para entablar conversación sobre sus dudas, intereses, etc.

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